Este curso aborda el conocimiento genético que hace que una persona actúe de la forma que actúa, estructurado en un sistema dinámico que te permitirá ubicar tu tipología así como las acciones que debes llevar a cabo para trascender tus limitaciones biológicas.
Los perfiles y tendencias vocacionales de cada uno de los tipos, constituye también otro de los temas centrales, ya que la predisposición genética marca pautas muy importantes en el ejercicio de la vocación.
Obtenido de Semiología.net - Curso 3
Por Alin Viveros
Desde la perspectiva de la Semiología de la Vida Cotidiana, el Heptagrama es visto como un instrumento de desarrollo de la conciencia, más que como un sistema de catalogación, ya que identifica los lados fuertes y débiles del perfil genético. Esto significa dos cosas; que existe una posibilidad de trabajo evolutivo para fortalecer los lados débiles y desarrollar los lados fuertes, y por ende, que existe un horizonte vocacional ligado al perfil genético.
El Heptagrama es una herramienta proveniente del Eneagrama de la Personalidad y de la Esencia, pero se decanta de ambos por la integración de la Psicoendocrinología con el estudio del funcionamiento de las glándulas y el impacto de estas en la personalidad. Gracias a las investigaciones del Dr. Louis Berman y la creación de esta nueva disciplina científica, la Psicoendocrinología le brindó al Heptagrama un enfoque académico y científico. Entre los principios generales sobre los que se basa la hipótesis de trabajo del Heptagrama, es que “estas glándulas se encuentran en la preponderancia de la base de la personalidad. Todos los rasgos humanos pueden ser analizados en términos de las glándulas porque son expresiones de ellas.” (Ruiz, 2018a) Por lo tanto, podemos determinar ciertos rasgos y conductas determinadas de acuerdo a la combinación de glándulas preponderantes en el individuo.
La forma en la que se integran estos conocimientos en el Heptagrama es a través de los Contextos de Significación de cada actante o tipología. En el heptagrama se delimitan siete actantes diferentes; seis periféricos (Solitario, Sensitivo, Agudo, Estructurado, Energético y Expansivo) y uno central (Carismático). Cada uno cuenta con una Cartilla Fundamental, Cartilla de Referencia, Cartilla de Lectura y Contexto de Significación que delimitan la Esfera de Acción de cada actante. Por ejemplo, el actante solitario, en su cartilla de referencia, su susceptibilidad tipológica es la invasión y su defensa o rasgo dominante, es la oposición. Esto significa que, ante una situación dónde el actante se sienta invadido, va a reaccionar con oposición, generando un rechazo de forma inconsciente y mecánica. Las glándulas delimitan este tipo de conductas y reacciones que limitan la posibilidad de acción dentro de la vida de la persona y le impide reaccionar de una forma diferente a lo que su glándula le dicta.
Siendo así, dependiendo de la glándula se van decantando los Rasgos Fuertes y Débiles de cada Actante. Entendiendo que un Rasgo Débil es “todo rasgo de comportamiento que frena el desarrollo de la conciencia en los Actantes, propiciándoles un desequilibrio y generando una reducción en su capacidad de respuesta frente al Principio de Realidad” (Ruiz, 2018b) por lo tanto entendemos que un Rasgo Fuerte es, de igual forma, un comportamiento que propicia la evolución del Actante, permitiéndole así, ampliar su Esfera de Acción.
En relación con la vocación, ahora podemos comprender que la glándula delimita ciertos rasgos que pueden favorecer o no para ciertas actividades. Siguiendo con el ejemplo del actante solitario, podemos comprender que su Horizonte Vocacional está más enfocado a ocupaciones que requieran de mayor atención y precisión y no en contacto con otras personas.
Además de los rasgos fuertes y débiles de cada Actante, en la estructura del individuo, encontramos también los potenciales (Instintivo, Motriz, Sexual, Emocional y Racional) con sus lados fuertes y débiles, que son la primera estructura genética definida por el código genético. De esta forma, en Semiología de la Vida Cotidiana, comprendemos que la Vocación es el vínculo entre los potenciales y el principio de realidad, considerando la integración de todos los lados fuertes del ser humano.
Con esto podemos ver claramente que el horizonte de vocacional está delimitado por el código genético. La posibilidad que brinda el heptagrama en este escenario, es de ampliar la esfera de acción con los corrimientos, equilibrios y complementos que llevan a los actantes a modificar sus conductas con acciones deliberadas, eliminando así la mecanicidad de la glándula y llevándolos al desarrollo del potencial humano, por ende ampliando el horizonte vocacional. Con esto podemos ratificar la funcionalidad del heptagrama como herramienta para el desarrollo de la conciencia y su vinculación con la vocación de la persona y en la totalidad de su proyecto de vida.
Ruiz, A. (2018a) Sesión 10. Asignatura Heptagrama, lámina 04.
Ruiz, A. (2018b) Sesión 11. Asignatura Heptagrama, lámina 03.
CONFERENCIA: DESCUBRIENDO MI VOCACIÓN
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"Haz lo que amas y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida" Confucio